La quinta entrega de Masturbación literaria nos
presenta "Mirajes...solo Mirajes". Aclaro de entrada que
el término miraje es un barbarismo, es producto de una perspectiva
sobre la libre creación en el lenguaje, usando de pretexto que éste sirve para
la comunicación y que el significado del vocablo es equivalente al término espejismo
en el canon de la lengua castellana.
Esta obra nos alude a una situación que se da con normalidad en nuestra sociedad.
Un escenario en conflicto, en donde se oponen profundas emociones como son el
Amor y la Amistad, con modus operandi derivados de parámetros sociales como son
el Egoísmo, el miedo a la no aprobación social y la no aceptación de uno mismo
y de sus emociones. Vemos como por el momento, como los estándares
de conducta socialmente impuestos, se sobreponen a aquellas emociones que nos
hacen vibrar, aquellas que nos conectan íntimamente con la vida. Una terrible
aflicción surge entonces, puesto que tanto el egoísmo, el miedo y la no
aceptación de uno mismo, no permite fluir con espontaneidad y nos convierte en autómatas.
Muchas de las conductas no solo aceptadas sino promovidas por nuestra sociedad,
nos conduce al aislamiento personal, fuente de la gran frustración que
adolecemos. Concordia es aquél lugar en el que el ser humano acepta su circunstancia,
su entorno y su ser. Un estado anhelado, pese a que nunca ha existido. El miraje se da cuando pensando que obramos con corrección a lo socialmente aceptado, pensamos que va en beneficio propio cuando pronto deviene la gran desolación: la ruptura de vínculos vitales y la sensación de vacío, el menosprecio a uno mismo y la construcción de máscaras en las que ocultar el gran dolor en el que nos sumimos, o dicho de otra forma, la incapacidad de vivir.